Los primeros poblados humanos en nuestra provincia se remontan al paleolítico, que es el periodo más largo de la historia del ser humano (de hecho abarca un 99% de la misma), y se extiende desde hace unos 2,5 millones de años (en África) hasta hace unos 10.000 años.
Se cree que en la actualidad se puede afirmar que la primera ocupación humana en nuestra provincia se realizó hace unos setecientos mil años en el Guadiana en el curso bajo de su afluente el Jabalón y lugares próximos a la cuenca del Guadalquivir.
Al paleolítico también se le conoce como Edad de Piedra, por la elaboración de utensilios de piedra y en contraposición al período posterior conocido como Edad de los Metales. Etimológicamente significa Edad antigua de la piedra (paliós:antiguo, y lithos:piedra), el término fue creado por el arqueólogo Jhon Lubbock en 1865, por oposición al Neolítico (edad moderna de la piedra).
El paleolítico se caracteriza, a grandes rasgos, por la utilización de instrumentos gruesos, pesados y difíciles de manejar. El hombre del paleolítico era nómada, es decir, se establecía en un lugar y se quedaba en él hasta agotar los recursos naturales. No tienen plena capacidad constructora.
El modo de vida era recolectora-cazadora en la que conseguían comida, leña y materiales para sus herramientas. Nunca llegaban a romper el equilibrio del ecosistema. No eran agresivos con el medio natural. No acumulaban alimento innecesariamente.
Para fabricar sus herramientas golpeaban la piedra cuidadosamente hasta conseguir la forma deseada. Obtenían filos cortantes, esquirlas afiladas (lascas), bifaces o hachas de mano que servían para hacer de todo: cortar, cavar, romper, perforar,… Más adelante, los útiles se especializaron, apareciendo las raederas (para curtir pieles), los cuchillos (para desollar animales), las puntas de lanza de piedra, etc.



También fabricaron utensilios de hueso como los punzones, las azagayas o puntas de lanza, los arpones para pescar, agujas de coser, anzuelos, etc. Estos útiles de hueso solo son abundantes en el paleolítico superior.
El paleolítico se divide en tres períodos, veamos sus poblamientos:
-Paleolítico inferior (hasta hace 200.000 años): Los primeros poblamientos aparecen en las cercanías de los ríos y en terrazas. Algunos de los yacimientos son:
 

- Santa María del Guadiana (Argamasilla de Alba).
- Laguna Blanca (Argamasilla de Calatrava).
- Arenales de Turra (Villahermosa).
- El Carnerín (Corral de Calatrava).
- Las Eras y los Areneros (Argamasilla de Alba)
- Puente Picón (Picón).
- Foco del Campo de Calatrava en la Cuenca del Guadiana: El Martinete, Puente Pozuelos y Albalá.
- Campo de Montiel: en el camino del Picayuelo en el nacimiento del río Villanueva, afluente del Guadalquivir.
Del Achelense superior encontramos un elevado número de localizaciones. Se origina una redistribución de los grupos humanos que se asientan en las orillas de los afluentes del Guadiana más que en éste mísmo, ocupando también zonas de encharcamiento. Los yacimientos se distribuyen desde el Alto Guadiana, a través de todo su recorrido por la provincia, extendiéndose por sus afluentes:
- Jabalón.
- Tirtuafuera.
- Bañuelos.
- Bullaque.
- Zonas endorréicas interiores del Campo de Calatrava: Barranco de Navalagrulla, Depósito del agua de Corral de Calatrava, Km. 4 de la carretera Corral-Los Pozuelos y Puente de las ovejas.
- En el afluente del Jabalón: Baños de Fuensanta, Barrancos Blancos, Cabezuela, Chiguero, El Tesoro, El Zurrero, La Ecará, La Revueltilla y Puente Morena.
- Zonas endorréicas: Camino de los Llanos, La Rinconada y Sierra de San Isidro.
- Zona de los Montes de Toledo, sobre el Guadiana: Kilómetros 167 y 182,5 de la carretera Badajoz-Ciudad Real, La Carnicera, La Granja y la serie más antigua de la Raña.
- Bañuelos: Los Barrizales y Porzuna.
- Campo de Montiel: En el Alto Guadiana, Cañada de Barbián y la Moraleja, Cornicabra, La Vereda y Vereda Suroeste.
-Paleolítico medio (hasta hace 35.000 años): Es el momento cumbre de la difusión del poblamiento prehistórico. Los asentamientos estaban sobre terrazas bajas de los ríos, colector y afluentes, arroyos subsidiarios, zonas lacustres y de encharcamiento y algún abanico aluvial.
Los yacimientos conocidos del Paleolítico Medio superan el número total de localizaciones del Paleolítico Inferior, distribuyéndose por una más amplia extensión territorial y expandiéndose aún más por las redes de afluentes. Algunos son:
- Balneario de la Hijosa en la cuenca alta del Guadiana en el río Záncara cerca de Socuéllamos.
- En el Alto Guadiana: El Pincho, Fuente Pajares, Maturras y Victoria.
- Tramo medio del Guadiana: Carril del Motillón, Dehesilla del Emperador, El Vicario, La Atalaya y series más recientes de La Raña.
- En arroyos subsidiarios: Garganta, Las Peñuelas, Los Rasos y Navalahiguera.
- En Bañuelos: en los alrededores del Depósito del agua en Malagón y El Molinillo en el arroyo Cortijo.
- En el Bullaque: Casa de los Castillejos, La Dehesa, La Fonteva, Las Peñuelas, Porzuna, Pueblo Nuevo del Bullaque, La Dehesilla, Las Coronillas, Las Eras y Las Laborcillas.
- En el Jabalón: Alrededores de la Cueva del Alguacil, Arroyos del Fraile y Valconejos, Casa Calares, Dehesa Ardales, El Tevar, La Nava, Puente Morena y Valdarachas.
- Ojailén: Barriada del río Ojailén, Colmenar de Chacaló, El Castillejo y El Puerto.
- Villanueva: Camino del Picayuelo.
- Montoro: Embalse del río Montoro.
- Robledillo: Puente Mercedes.
- Zonas de encharcamiento: Alrededores de Villamayor de Calatrava, Camino de Ciruela, Ctra. Murcia por Alcaraz en el km 4, km 6 de la ctra. Puertollano-Almuradiel, La Celada, La Laguna, Las Cabezuelas, Las Cañadas, Las Coronillas, Laguna de la Camacha, Laguna de Caracuel, Laguna Nava Grande, Laguna de Retamar, Olivares y Victoria.
-Paleolítico superior (hasta alrededor del 10.000 a. C.): Se caracteriza por la ausencia de hallazgos que nos impide ver la dinámica de la dispersión humana. Los poblados estaban sobre terrazas coetáneas, abanicos aluviales y en zonas lacustres. Los ríos afluentes van alcanzando mayor importancia, respecto al Guadiana.
Este vacio humano se puede deber al riguroso frío de la última glaciación, una fuerte tendencia a la aridez climática y un empobrecimiento general del medio. Nos encontramos por tanto, en una comarca sin recursos adecuados para las nuevas exigencias industriales. Las cuarcitas ahora no son la materia prima más adecuada para la talla laminar.