Un hombre de 45 años mató este viernes a tiros a sus dos hijos, de 5 y
13 años (este iba a cumplir 14 dentro de tres días), y a su suegra, de
69, antes de quitarse la vida en la localidad de Manzanares, en Ciudad
Real. El presunto homicida, Miguel Ángel Carrero Alarcón, acabó con la
vida de sus familiares con una escopeta de caza. Su mujer, Isabel
Serrano, ama de casa de 40 años, no estaba en el domicilio. Salvó la
vida. La pareja estaba divorciándose y el ambiente en casa era pésimo,
en lucha por la custodia de los hijos, según contó un familiar. “No
tengo empacho en llamarle asesino”, decía Tamara, una sobrina del
presunto homicida. Explicó que ella se llevaba muy bien con Isabel, pero
que él le había prohibido, bajo amenazas, tener relaciones con ella.
Isabel se marchó el lunes de Pascua, según contaron los amigos de su hijo mayor. El hombre presentó entonces una denuncia por desaparición, según informaron fuentes de la Guardia Civil. Pero a principios de esta semana, una patrulla se topó por la calle con la mujer, a la que comunicaron de que se había denunciado su desaparición, según el subdelegado del Gobierno en Ciudad Real, Fernando Rodrigo. Ella contestó a los agentes que se llevaba mal con su marido y que había tomado la decisión de marcharse, pero que en un par de días volvería a casa. Mientras, la abuela materna era la que estaba en el domicilio cuidando de los menores.
Isabel no volvió. Marchó a Gijón en busca de una amiga. Anoche estaba volviendo a Manzanares para encontrarse de frente con la pesadilla.
Los compañeros del hijo mayor decían frente al domicilio del crimen que Ángel, el mayor, “lo estaba pasando mal” con el divorcio. El ambiente en casa no debía ser muy bueno, afirmaron, porque el muchacho pasaba mucho tiempo fuera de casa.
La última vez que Isabel y Laura, dos amigas, vieron a Ángel fue el jueves. La Guardia Civil halló el viernes su cuerpo sin vida junto al de su hermano pequeño, Javier, de apenas 5 años, y el de su abuela materna, que vivía con ellos.
Ángel estaba repitiendo primero de la ESO, algo que las chicas achacan a los problemas familiares. “No le gustaba nada estar en casa”, recordaron mientras dejaban flores y velas en su puerta. “Solía ir allí ya por la noche, para dormir”. Pero tampoco hablaba en detalle de lo que pasaba entre su madre y su padre. En el twitter del muchacho, seguidor del Valencia, y portero del Manzanares Fútbol Sala (se hacía llamar Guaita) aún se puede leer: “Cuatro personas a las que quieres mucho: Juanvi, Gema, mi mamá y mi hermanico”. Ni rastro del padre en la lista de afectos.
El presunto asesino era albañil y natural de Membrilla, el menor de tres hermanos de una familia muy humilde, el padre era pastor, contó Juan Rodríguez, primo del homicida. Pero Carrero Alarcón se había mudado hacía 20 años a Manzanares, localidad cercana a su pueblo. El presidente de la comunidad de vecinos, donde se cometió el triple crimen, añadió que Carrero Alarcón trabajaba en Madrid. Iba y venía cada día, madrugaba mucho. Las fuentes consultadas aseguran que no consta ninguna denuncia por malos tratos contra el supuesto homicida, que tenía licencia de armas con sus correspondientes guías. La Guardia Civil informó de que el homicida tenía cuatro escopetas y una carabina.
Y las utilizó: El crimen fue perpetrado en la vivienda familiar, en la calle San Francisco de Asís de la localidad manchega. El servicio de emergencias 112 recibió el aviso a las 16.43 de la tarde, por parte de un familiar de los fallecidos. Los agentes de la Guardia Civil se toparon dentro con los cuatro cadáveres.
Isabel se marchó el lunes de Pascua, según contaron los amigos de su hijo mayor. El hombre presentó entonces una denuncia por desaparición, según informaron fuentes de la Guardia Civil. Pero a principios de esta semana, una patrulla se topó por la calle con la mujer, a la que comunicaron de que se había denunciado su desaparición, según el subdelegado del Gobierno en Ciudad Real, Fernando Rodrigo. Ella contestó a los agentes que se llevaba mal con su marido y que había tomado la decisión de marcharse, pero que en un par de días volvería a casa. Mientras, la abuela materna era la que estaba en el domicilio cuidando de los menores.
Isabel no volvió. Marchó a Gijón en busca de una amiga. Anoche estaba volviendo a Manzanares para encontrarse de frente con la pesadilla.
Los compañeros del hijo mayor decían frente al domicilio del crimen que Ángel, el mayor, “lo estaba pasando mal” con el divorcio. El ambiente en casa no debía ser muy bueno, afirmaron, porque el muchacho pasaba mucho tiempo fuera de casa.
La última vez que Isabel y Laura, dos amigas, vieron a Ángel fue el jueves. La Guardia Civil halló el viernes su cuerpo sin vida junto al de su hermano pequeño, Javier, de apenas 5 años, y el de su abuela materna, que vivía con ellos.
Ángel estaba repitiendo primero de la ESO, algo que las chicas achacan a los problemas familiares. “No le gustaba nada estar en casa”, recordaron mientras dejaban flores y velas en su puerta. “Solía ir allí ya por la noche, para dormir”. Pero tampoco hablaba en detalle de lo que pasaba entre su madre y su padre. En el twitter del muchacho, seguidor del Valencia, y portero del Manzanares Fútbol Sala (se hacía llamar Guaita) aún se puede leer: “Cuatro personas a las que quieres mucho: Juanvi, Gema, mi mamá y mi hermanico”. Ni rastro del padre en la lista de afectos.
El presunto asesino era albañil y natural de Membrilla, el menor de tres hermanos de una familia muy humilde, el padre era pastor, contó Juan Rodríguez, primo del homicida. Pero Carrero Alarcón se había mudado hacía 20 años a Manzanares, localidad cercana a su pueblo. El presidente de la comunidad de vecinos, donde se cometió el triple crimen, añadió que Carrero Alarcón trabajaba en Madrid. Iba y venía cada día, madrugaba mucho. Las fuentes consultadas aseguran que no consta ninguna denuncia por malos tratos contra el supuesto homicida, que tenía licencia de armas con sus correspondientes guías. La Guardia Civil informó de que el homicida tenía cuatro escopetas y una carabina.
Y las utilizó: El crimen fue perpetrado en la vivienda familiar, en la calle San Francisco de Asís de la localidad manchega. El servicio de emergencias 112 recibió el aviso a las 16.43 de la tarde, por parte de un familiar de los fallecidos. Los agentes de la Guardia Civil se toparon dentro con los cuatro cadáveres.
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