Cuando una madre se va.
Es cierto, nos quedamos solos,
solos con los recuerdos,
recuerdos que se acumulan, por miles
y es cierto que ya nada es igual,
que perdiste una parte de tu corazón
y que ya nadie en esta vida
volverá a llamarte: hijo.
Pero también es cierto que de pronto
comienzas a entender
que no es sólo un recuerdo,
que hay un hilo mágico, eterno
que te abrazará de por vida,
que sin que nadie lo entienda
resolverá tus problemas y
estará siempre contigo y te cuidará.
Entiendes entonces
que tu madre no te ha dejado,
solo se fué a otro lugar
a descansar y
donde pueda seguir mirándote.
Es cierto, nos quedamos solos,
solos con los recuerdos,
recuerdos que se acumulan, por miles
y es cierto que ya nada es igual,
que perdiste una parte de tu corazón
y que ya nadie en esta vida
volverá a llamarte: hijo.
Pero también es cierto que de pronto
comienzas a entender
que no es sólo un recuerdo,
que hay un hilo mágico, eterno
que te abrazará de por vida,
que sin que nadie lo entienda
resolverá tus problemas y
estará siempre contigo y te cuidará.
Entiendes entonces
que tu madre no te ha dejado,
solo se fué a otro lugar
a descansar y
donde pueda seguir mirándote.
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