Según nos vamos aproximando a La Puebla, como se le conoce coloquialmente en los alrededores, vemos que está situada en lo alto de un cerro, y sus calles presentan un trazado irregular con bastantes pendientes, calles cortas y estrechas, que se acentúan según nos vamos acercando a la iglesia parroquial y al Torreón medieval, sus dos principales activos turísticos en el casco urbano.
Pasear por las calles de Puebla del Príncipe es un humilde ejercicio que nos permitirá disfrutar del silencio y del agradable sabor a pueblo que aún conservan los municipios del Campo de Montiel, casi siempre ajenos a prisas y otros molestos ruidos.
Puebla de Montiel, así se llamaba en sus orígenes, formó parte de los dominios de Montiel desde el año 1243 y su época de mayor esplendor se dio en la segunda mitad del siglo XVI. Fue en Mayo de 1553, cuando consiguió el título como villa independiente gracias al príncipe Felipe II, cambiando el nombre de "Puebla de Montiel" por "Puebla del Príncipe" en honor al Austria que le procuró la independencia.En La Puebla podremos disfrutar del silencio y del agradable sabor a pueblo que aún conservan los municipios del Campo de Montiel.
Durante gran parte de su historia ha sido un pueblo muy pasajero, una encrucijada de caminos para sus diversos pobladores y paso obligado para los invasores que querían atravesar la Península Ibérica.
Son muchos los vestigios de antiguas civilizaciones que han pasado por Puebla del Príncipe, pero con la romanización es cuando empieza a tener un origen conocido. Se han encontrado, sobre todo al este del pueblo y gracias al arado y al azadón, restos de edificaciones, columnas, sepulcros y otros restos.
Los hallazgos arqueológicos evidencian un pasado más glorioso del que pensamos. Pero la presencia e influencia más fuerte y que ha perdurado hasta nuestros días, fue gracias a la Orden de Santiago, que contribuyó a la reconquista y a la repoblación, fomentó el desarrollo de pueblos y aldeas, creó vías de comunicación, etc. En 1243 la Orden de Santiago posee todo el Campo de Montiel. A partir de este momento Puebla del Príncipe creció al amparo del fuerte Castillo, que formaba parte de una de las 32 fortalezas que la Orden de Santiago tenía en el siglo XIII.
El Torreón de Puebla del Principe
Robusto e indiferente al paso tiempo, sobresaliendo del perfil urbano y muy bien conservado, atrae nuestra mirada el Torreón de Puebla del Príncipe. Se encuentra en la parte oriental del casco urbano y cumplió funciones de torre defensiva en el medievo. Su planta es casi cuadrada, con ángulos redondeados y su base ocupa una superficie de 100 metros cuadrados aproximadamente.
Sus muros tienen dos metros de grosor y son de mampostería. Se accede al interior de la planta baja por el lado norte (aunque no es la puerta original). De aquí, por una escalera de piedra empotrada en el muro, se accede a una segunda planta, bien iluminada, ya que cuenta con vanos en tres de sus lados. Un segundo tramo de escalera conduce a la terraza defensiva, que conserva un parapeto sin almenas y restos de un sistema de canalización de agua de lluvia hacia un aljibe localizado bajo la torre.
En el interior, las bóvedas de las cubiertas y los arcos de las ventanas son de ladrillo. La gran altura de los techos de ambas cámaras son indicio de que éstas se dividían a su vez en dos plantas usando suelos de madera, con lo que aumentaban su habitabilidad y su capacidad interior útil.
Su estado es bueno, pues conserva la estructura de planta cuadrada principal, y el interior, aunque muy transformado, está restaurado y acondicionado para uso público, siendo actualmente la biblioteca municipal.
Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, está ubicada en el centro urbano de Puebla del Príncipe y muy cerca del Torreón, tuvo una primera fase de construcción con vínculos mudéjares. Posteriormente fue reformada hacia 1526 en base a un estilo tardogótico, especialmente el presbiterio. En 1553 se fundó la antigua Capilla de la Asunción. A mediados del siglo XVII se llevó a cabo otra reforma centrada en levantar el cuerpo con sillares, recomponiéndose la portada, torre, tribuna, capillas y sacristía. En el siglo XX se sustituyó la antigua techumbre de madera por la actual bóveda de cañón. El edificio está construido con sillares unidos con argamasa. La planta es rectangular y de una sola nave con bóveda de cañón. Al lado sur se sitúa la portada principal, que se compone de un arco de medio punto, con impostas que descansan sobre plintos rectangulares. El campanario, construido con mampostería y con refuerzos en las esquinas de sillares, es en gran parte reconstrucción moderna. A los pies se sitúa el coro, sostenido sobre dos pilastras dóricas, con sus caras adornadas con rombos en bajorrelieve.
Lo más antiguo que se conserva es la cubierta del ábside, de crucería estrellada. A la derecha del ábside está la capilla adosada de la Virgen de Mairena, ahora del Santísimo, con un arco renacentista muy interesaste: es de medio punto entre columnas estriadas con capiteles corintios. A la izquierda existe una pequeña capilla clásica, muy restaurada, con la tumba del Comendador Gonzalo de la Tobilla del año 1540. En su exterior se aprecia una sólida construcción de sillares y mampostería con contrafuerte y torre adosada a los pies. Estilísticamente pudiera datarse en el siglo XV o principios del XVI. Su torre tiene la particularidad de tener almenas.
Ermita de la Virgen de Mairena
A poco más de dos kilómetros de Puebla del Príncipe se encuentra la Ermita de la Virgen de Mairena, ubicada en un bello y arbolado paraje, lugar de culto y esparcimiento para los poblatos. A sus pies se encuentra una fuente de agua cristalina que emana y da fecundidad a los terrenos que la rodean.
Esta Ermita se vio anclada en el olvido a mitad del siglo pasado hasta que en 1971 se inició su reconstrucción. La mayor parte de los feligreses y paisanos fueron los que contribuyeron a dicha reconstrucción, con gran tesón, mediante rifas, venta de lotería, donaciones, prestación de materiales diversos, festejos taurinos (con la construcción de la plaza de toros incluida) y mucho esfuerzo la ermita se vio reconstruida, así como la carretera de acceso a la misma.
La Ermita es de planta rectangular, con unas dimensiones de unos 30 x 9 metros y está orientada al oeste-este. Se construyó con mampostería irregular. Grandes sillares de arenisca refuerzan las esquinas y las jambas de los arcos de las puertas de acceso. La techumbre es plana, con tejado a dos aguas. El interior presenta una sola nave con techumbre de vigas de madera y ménsulas. Varias ventanas iluminan el interior.
Por el exterior y desde la entrada principal, aunque la ermita esté cerrada, el visitante puede presionar un botón situado junto a la puerta que ilumina la ventana-retablo donde se encuentra la virgen, y contemplarla por la discreta ventana alojada en la puerta.
En las proximidades de la Ermita, algunos vecinos han construido casas de campo y ricos huertos, donde pasar gratos momentos de ocio y entretenimiento al amparo de su Patrona.
Pilones y miradores
Muy cerca del Torreón y pegado ya a una zona de huertos encontramos un lavadero recientemente restaurado, que en su día servía de fuente y de aljibe para regar los huertos, así como de lavadero de ropas. Al principio del camino que nos lleva a la Ermita, vemos otros dos pilones juntos,con una fuente que regenera constantemente el agua y que sirven como abrevaderos para el ganado.
Próximo a la Iglesia y al Torreón, podemos ver un amplio parque y un mirador desde el que podemos disfrutar de la serena amplitud del Campo de Montiel. En la parte alta del pueblo, junto a la piscina y la plaza de toros, también tenemos otro pequeño parque-mirador que nos vuelve a mostrar la belleza del Campo de Montiel.
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