Project Casey Jones, una mirada de Alto Secreto sobre la Membrilla de 1945
El 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas liberaban a los 2819 supervivientes del campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau (Polonia), en un avance aliado impulsado tras el desembarco de Normandía que supondría el final de la II Guerra Mundial meses después. La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó oficialmente esa fecha Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
Los vecinos de Membrilla no fueron muy conscientes aquel 27 de enero de lo que estaba sucediendo a casi tres mil kilómetros de distancia, en una guerra que apenas podían seguir a través de la prensa provincial y nacional. Informaciones limitadas y subjetivas y limitación también en el propio acceso a los medios. Membrilla era una población más ocupada en restablecerse de las heridas de la contienda civil, en poner en marcha el engranaje de la economía y sociedad local. La población se acercaba a los 7.200 vecinos; buen crecimiento considerando que apenas cinco años antes, tras la guerra, contaban con 6.500 habitantes, entre ellos 401 viudas. Casi tres mil vecinos eran "alfabetos". Vicente Elipe guiaba los pasos administrativos de la población como alcalde; Virgilio del Río hacía lo propio con las almas desde la improvisada parroquia instalada en la Sociedad.
Abajo, la tierra lista para volver a dar trabajo y sustento a una población eminentemente agraria. Y mirando todo desde arriba, los aviones del Army Map Service de Estados Unidos fotografiando lo que era Membrilla en 1945.
Los aliados, que ya habían desembarcado en Normandía en junio de 1944 y cercaban al ejercito nazi, tuvieron la necesidad de contar con una cartografía fideligna de todo el territorio europeo, incluida España. Y aunque el proyecto se había ideado ese mismo octubre, tuvo que posponerse hasta la derrota final de Alemania porque todos los aviones americanos eran necesarios en el campo de batalla. Era el Project Casey Jones, declarado de Alto Secreto.
Tan secreto que ni siquiera Franco llegó a enterarse de una primera fase realizada en 1945. Los aviones americanos se desviaban en secreto de las rutas autorizadas por el gobierno español para el transporte militar entre Gibraltar y Francia. En 1946 habría una segunda fase, esta vez ya acordada con el gobierno nacional.
Las condiciones y los medios eran poco idóneos. Las fotografías, en blanco y negro, tienen una precisión métrica deficiente por la calidad de la cámara y su menor escala. Pero atesoran un gran valor, también para nuestra localidad: Los vuelos americanos nos proporcionaron LA IMAGEN AÉREA MÁS ANTIGUA DE MEMBRILLA.
De este modo, podemos ver una Membrilla muy diferente a la actual; más pequeña y limitada en el territorio.
Al Norte, la población limitaba con la actual N-430. Apenas cinco amplias casas-bodegas se construyeron en el lado norte de la vía, a ambos lados del Camino de las Enternagosas. Siguiendo la carretera, una vez pasada la calle de Buenos Aires, era San León la calle más al norte del pueblo. No había cooperativa, aunque se adivina el terreno triangular donde se edificaría en un futuro lejano.
Al Este, dirección a La Solana, el pueblo acababa en la actual calle de Pablo Picasso, aunque ya se adivinaba la incipiente formación de Joaquín Carrero en algún atisbo de manzana entre las actuales Príncipes y Alfonso X. Más al Este, todo eran campos y eras.
Si miramos al Sur, es la del Papa la última calle completa del mapa de Membrilla en 1945, aunque sólo llegase a sobrepasar apenas la altura de Pablo Picasso. Más al Sur, aún más huertos y terrenos de labores agrícolas, incluso al final de la calle Buenos Aires.
La calle Nueva (nombre que tenía en 1945) marca una línea completa desde la carretera hasta san Miguel. Incluso la calle de San Miguel está habitada en ambas aceras casi hasta llegar a los actuales terrenos de la cooperativa, donde se adivina, imponente, el espectacular palacete renacentista de Matías Battistini y Dolores Figueroa; es la conocida popularmente como Casa de la Obra, con su vivienda y sus terrenos anexos, lamentablemente desaparecida para el patrimonio local.
Desde el mismo San Miguel, donde pueden verse sus edificios que albergan una ya restaurada ermita de la Soledad, el pueblo se extiende por la calle Mayor, hasta Desposorios y una pequeña Batanes.
El límite sur de la localidad es la calle del Prado, que muestra sólo tres manzanas, de Batanes a Huertas, con sus huertos. La Carretera de la Vega es un camino rural.
Vemos Retuerta apenas llegando a la calle del Sur y la actual Ramón y Cajal cerrando el pueblo por el Oeste, desdibujándose hacia el Norte que marcábamos al inicio, en la carretera.
Apartados del pueblo, un molino de agua cuyo uso seguía autorizado por la Delegación del Servicio Nacional del Trigo. Unos paseos de árboles que llevan a una alejada ermita de Ntra. Sra. del Espino. Un rectángulo que revela la ubicación del antiguo cementerio de San Juan, futuro colegio Virgen del Espino.
Y en el centro del pueblo, la entonces plaza del Generalísimo, hoy del Azafranal, con su reloj de torre y el edificio de la Sociedad, por aquellos días Parroquia improvisada. Y el templo de Santiago el Mayor, del que se adivina el interior tras una mancha negra que cuenta historias de incendios y bóvedas caídas. Al lado, una Plaza Grande y aledaños, todo un terrero con poca vocación de plaza o de parque. También se aprecia, entre Monjas y Vega, los terrenos del convento de Concepcionistas Franciscanas, con iglesia, claustro y extenso huerto. Entre los grandes edificios, la manzana ocupada por la casa de Baíllo, en Alabarderos. Los patios y corrales de la Casa del Marqués, en García Lorca. Y, al Norte, la Plaza de Santa Catalina, eje y confluencia de numerosas calles, como una terminal ferroviaria, llegando por el Oeste a la Plaza del Sitio.
En fin, un viaje local curioso que nos lleva a la Membrilla de 1945. O 1946 tal vez. Una mirada secreta desde el aire que muestra una población muy diferente, pero dirigida a un crecimiento y una incipiente urbanización que comenzaría a apreciarse apenas un década después.